miércoles, 7 de octubre de 2009




Mirar al cielo, mirar arriba. Es casi una tarea diaria para mí. Ese día lo hice muchas veces, pero esa tarde no fue como las otras. Estaba bajando a la séptima. Iba muy tarde. Aun así me detuve en ese parque y mire hacia arriba. Sentí algo muy raro, que no me pude explicar. La calle estaba vacía, todo parecía estar congelado y parecía tornarse azul. Quise llorar. No era ni tristeza, más bien eran muchas emociones dentro de un cuerpo que estaba mirando al cielo. Me di cuenta que llevaba esperando ese momento, una vida o muchas vidas. Uno suele esperar las cosas con mucha ansiedad y puede que al final no pase nada. Me refiero a lo que uno espera, desea y sueña. Pero quizás no iba a pasar nada, entonces negué todo sueño posible. Eso fue como negarme a mi misma. Los sueños no se niegan, tampoco creo que los cumplas y se acaben. Los sueños toman diferentes formas a través de la vida, se van transformando, pero no terminan. El que no sueña, envejece y se le pudre el corazón. Lo pienso así.

Creo que el resto del mundo siguió congelado de cierta manera. Pero yo pude moverme en ese tiempo detenido. Lo vi y él me vio a mí. Cuando le hablé, supe que eso ya había pasado algún día. Yo ya lo conocía. Y trate de estar lo más cerca de él. Es importante acercarse, llegar al fondo y sumergirse. Vi sus pecas y sus ojos color aceituna y sentí su olor a cigarrillo y su ternura hacia mí. Luego le di la mano y me di cuenta que era un niño pequeño. Un niño que se dejó guiar por mi por unos instantes. A veces me sonreía y a veces me miraba con complicidad. Luego me aleje un poco y el creció. Volvió a ser lo que estaba muy lejos y el mundo se descongelo.

Ahora pienso mucho en eso. Cuando estaba parada mirando al cielo esa tarde, no pude ser consiente de aquel sentimiento raro. Era porque estaba parada justo en la línea que separa los sueños y de la realidad. Creo que lo que uno piensa que está muy lejos, es quizás lo que esta más cerca. Todo el microcosmos esta estrechamente relacionado con el macrocosmos. No me parecería raro recibir la noticia de que un extraterrestre se este muriendo de amor por mi.

Cuando estaba mirando al cielo, como muchas veces antes lo había hecho, sabía que estaba en el lugar que era y en el momento y segundo que debía ser. Esto tenía que pasar porque seguramente ya había pasado alguna vez.

“You just have to see that it's wrapped in beauty and hidden away in between the seconds of your life. If you don't stop for a minute, you might miss it.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario