miércoles, 7 de octubre de 2009

Todo en un día



Recuerdo perfectamente las veces que te vi. Puedo decir que se pasó rápido… Realmente puedo decir que fue todo en un día.
Era sábado, llegaste a mi puerta con una maleta, bien temprano, un poco antes del amanecer. Era verano. En la maleta no solo traías tu ropa, me trajiste también un regalo. Me regalaste un poco de alegría. La puse en una cajita azul.
Cuando el sol atravesó la ventana, me contaste que era otoño. Me pediste que te acompañara a recoger las hojas caídas de los árboles. Y lo hice. Las fuiste metiendo en una bolsa. Cada hoja que recogíamos se convertía en una sonrisa nuestra. Admítelo, llenamos toneladas de bolsas.
Por la tarde llegó el invierno. Aproveche que el resto del mundo estaba congelado para contarte mis secretos. Te conté que sueño con un músico, que mi lenguaje es pintura de diferentes colores, que a veces la soledad me asusta y que quizás si me quería casar contigo. Todos esos secretos y otros los convertí en un copo de nieve y te lo regale. Sorpresivamente tú me diste uno también.
Era una noche linda, típica noche primaveral. El cielo se puso morado. Me diste la mano y no la soltaste por un buen rato, luego me diste un beso en la frente y te diste la vuelta. Fui a rociar las flores porque tu mismo dijiste que en ellas estaba mi conocimiento y que tenía que ponerle atención. Así que te obedecí.
Mientras tanto tú te acostaste, te pusiste una mano en el corazón y quisiste soñar para siempre. Desapareciste poco a poco. Ya era domingo. Yo la verdad no me había dado cuenta. Cuando fui a buscarte ya no estabas.
A veces abro la ventana y grito que te extraño. De vez en cuando saco una hoja y sonrío. Tengo la cajita azul y la llevo conmigo siempre. Y el copo de nieve lo guarde en mi garganta. A veces se vuelve una lágrima.
Supongo que me faltaron muchas cosas por contarte. Supongo que nunca dije que tanto te quería, pero supongo que lo sentías y eso es lo que cuenta.
Supe que tomaste un tren y que me esperas en una estación. Estas ahí sentado esperando a que yo llegue para darme la mano y llevarme por una carrilera eterna.
No te preocupas por el tiempo. Para ti ya no existe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario